Situado en el barrio de Montes de Amé, el edificio busca una propuesta de redensificación de la zona, eligiendo una escala mediana, la cual con cinco niveles se relaciona con su contexto inmediato de una forma amable mientras busca ser un modelo replicado en el resto del barrio. A su vez, el edificio integra dos unidades comerciales los cuales prestan servicio tanto a las unidades de vivienda como a los usuarios del resto de la colonia.

En la planta baja, entendida como el área publica, se despliega el área comercial con un remetimiento con respecto al paramento existente proporcionando un respiro al entorno habitacional en el que se encuentra inmerso, invitando a los usuarios de forma amigable a acceder. La recepción se entiende como un elemento vertical el cual une de manera libre las circulaciones de los 5 niveles superiores.

Los niveles superiores se entienden como las tareas habitacionales, en los cuales los departamentos crecen en superficie conforme se encuentran en niveles más elevados. Teniendo departamentos conformados por desde una hasta 3 recamaras.

La intención de incluir el comercio en el edificio cumplió su propósito al momento de ser ocupados por una cafetería y mercado de alimentos locales que dan su servicio a la colonia y sus alrededores. En términos inmobiliarios, buscaba posicionarse como un conjunto de vivienda habitada por pocos inquilinos, con departamentos amplios y con diferente programa. Esta mezcla de tipologías detonó una convivencia entre las familias, obteniendo como resultado una relacion positiva.

Tomando como discurso “la piel como estructura o la estructura como piel” se obtuvo como resultado el desarrollo del edificio tanto en función como en formalidad. La estructura es un elemento que a primera instancia suele esconderse, sin embargo, en este caso es el elemento que nos permite constructivamente ejecutar el proyecto. Nuestra postura en este proyecto es darle la importancia a la estructura convirtiéndola en la identidad del edificio, resaltar su belleza.

El concepto de terraza como nuestro contexto es indispensable en la vivienda vertical, privatizar del exterior, filtrar el paso de sol y reducir la transmisión de calor hacia el interior. El proceso de diseño llega a su punto culmen en la creación de la terraza que se delimita y esconde dentro de la misma estructura.

El edificio en sí, vestido con la estructura, conformado por comercio, vivienda y terrazas aportan de una imagen rítmica y elegante al paisaje urbano de la zona.

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EXISTENCIA

DIRECCIÓNDE PROYECTO  Esteban Hernández, Sebastian Montalvo EQUIPO DE DISEÑO *

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